Quizás la palabra MARATÓN sea una de las más subjetivas que existen entre los corredores. Ya solo con leerla en el título puede haber pasado mil pensamientos en tu cabeza, desde recuerdos por haberla hecho pasando por el sueño de llegar a terminar una hasta un profundo respeto.
Se dice que para conocer el origen de la Maratón hay que remontarse al año 490 a.C cuando un soldado griego llamado Filípides corrió aproximadamente los 40 kilómetros que separan la ciudad de Maratón de Atenas para dar noticias de una victoria militar contra los persas en la famosa batalla de Maratón. Aunque hoy en día hay mucha gente que ha superado esta distancia o incluso más, la leyenda dice que Filípides puso tanto empeño en llegar lo más rápido posible que una vez en su destino, el agotamiento lo desplomó tras pronunciar una única palabra: “Niké” (victoria en griego).
A pesar de que la marca oficial fue declarada en 1921 cuando la familia real británica solicitó que la carrera comenzará en el Palacio de Windsor y culminase en el palco real del Estadio Olímpico dando lugar a esos 42.195 Km que superan los corredores actuales, nuestro imaginario colectivo sigue viendo a ese Filípides agotado cruzar la línea de meta.
Correr un maratón es un auténtico sueño para muchos. Una prueba con una idiosincrasia diferente que logra hacernos experimentar sensaciones muy dispares desde la salida hasta la meta. Un pequeño viaje emocional donde cuerpo y mente se van uniendo o separando conforme descontamos entrenos en nuestro calendario. Porque una Maratón no empieza a las 8 de la mañana de un domingo ni termina al recibir la medalla conmemorativa.
Una maratón es un viaje de 13 semanas de 3, 4 o hasta 5 días de entrenamientos. Una maratón es series, tiradas largas, lesiones, bajones, organización y horarios. Una maratón es seguir un plan, confiar en él y cumplir bajo la lluvia o con aire insufrible, con ganas o sin ellas, solo o acompañado.
Pero empezábamos este POST haciendo alusión a la infinidad de significados que puede adquirir una sola palabra. Al viaje de emociones que nos sumerge la preparación. Porque: ¿Qué es preparar una maratón?
“Preparar una maratón es una montaña rusa de constantes emociones. Desde el primer día que empiezas la preparación, hasta el mismo día de antes en el que eres un manojo de nervios. Esos domingos esperando el planning de la semana siguiente, los presenciales compartiendo sensaciones con vosotros o cada uno de los sábados/domingos que hemos madrugado para hacer esa tirada larga.”
“Preparar una maratón es sacar tiempo, sacrificar muchas cosas y dejar ir otras Hacer malabares, organizar horarios y el grupo. Son madrugones con frio helador, ir contra el cierzo pero también ir a favor. Es disfrutar (y mucho) del camino con un gran equipo al lado.”
Entrenar una maratón es tan dura a lo que proporcionalmente te enseña porque te demuestra y te demuestras lo fuerte que puedes llegar a ser, la superación y confía en ti, lo bonito de recorrer un camino tan largo. Y te sientes orgulloso. Orgulloso de la disciplina, actitud y voluntad. Orgulloso de ti más allá del resultado.
“Hace 12 semanas estaba saliendo de una lesión que me impidió hacer Behobia y ahora puedo decir que soy maratoniana. Sin duda me quedo con las semanas de preparación, kilómetros y kilómetros con lluvia, niebla, cierzo y esas clases infernales de fuerza acabando con una sonrisa. Me quedo con las horas de desconexión de mi vida cotidiana, horas donde todo es posible, sin límites ni limitación, horas para ser yo”
Porque los maratonianos no creen en los límites, siempre que caen se vuelven a levantar. En los momentos más difíciles se aprende que tus buenas sensaciones siempre pueden volver.
“Es la primera vez que me enfrento a una maratón de asfalto, y al final es como cualquier cosa en esta vida que sabes que está fuera de tú zona de confort. Sientes nervios, bastante incertidumbre y mucho respeto ante lo que tienes por delante, pero al final también (y eso es lo bueno) muchas ganas de vivir esa experiencia.”
“Cuando te apuntas a una maratón, eres consciente del tópico que siempre has escuchado: lo bonito es el camino y así es. No es tanto el día de carrera en sí. Ese día cada uno disfruta a su manera, cada uno batalla su guerra como puede. La maratón es el camino desde el primer día de entrenos hasta el último, los ratitos de compartir kms y secretos, de sacar tiempo de dónde parecía que no lo había, de mostrar tus inseguridades e inquietudes y descubrir las de tus compañeros de fatigas. Todos humanos. Esas series con la lengua fuera pero el choque de puños por el trabajo bien hecho, de las tiradas del domingo, de ser motor y guía unos días y otros ser remolque. De entender y sentir el verdadero significado de la palabra EQUIPO. Hay días que vuelas y otros que te duele hasta el último pelo de tu cuerpo, que se pasan frases por tu cabeza como “quien c*ñ* me mandará a mi…?”, pero el camino y la vida sigue, y sin darte cuenta, te has plantado en la línea de salida.”
Dicen que correr es uno de los deportes más individuales que se pueden practicar. La conexión con tu mente y cuerpo, respiración y ritmo, zancada y músculos es inseparable. Y probablemente sea así. Al final, durante 42 kilómetros pasan muchas cosas… pero cuando tu cuerpo y tu mente se alejan, tu respiración se acelera, tu pulso aumenta y tu caes en un bucle negativo, tus compañeros te llevan a META.
“Me apunte con mi amigo Pablo, el que me metió el gusanillo del maratón y fue una grata sorpresa saber que el equipo también hacía este año la maratón de Sevilla. He hecho casi todas las tiradas solo pero las dos más largas con el grupo y reconozco que carga mucho las pilas saber que hay gente que sin apenas conocerte te anima, se preocupa y se alegra por ti”
“En esta preparación he podido experimentar como un deporte individual se puede plantear desde la sensación de pertenencia a un equipo. Ir de la mano de compañeros que se alegran de tus progresos tanto como tú, y crear lazos con ellos que haga que sus progresos y sus objetivos los sientas como tuyos. Y eso sumado al apoyo de todas las personas que nos van a estar animando hace que sienta que yo también voy a correr un poco de la maratón de cada uno de mis compañeros y que yo también estaré animándolos con el grupo de acompañantes, aunque físicamente nos separen unos metros por las calles de Sevilla.”
“Después de 8 maratones, esta es la primera que estoy preparando en grupo. Me ha encantado poder vivir la experiencia de seguir un plan pautado y compartir entrenos y sensaciones con el resto del equipo. En mi caso con Mario especialmente pero también con Diego y Nacho. En definitiva con el resto del equipo… lo que me ha permitido conocer a otros compis, así que en ese sentido he hecho mucha piña.”
MARATÓN es sinónimo de constancia, fuerza mental y física, de disfrutar y sufrir y el pasado 19 de febrero Sevilla se vistió de verde. Y no solo por los 31 valientes que se enfrentaron a esta mágica distancia, sino porque el equipo entero se volcó con ellos. Y tocó dejar huella por Triana y Plaza España porque lo de este equipo es insuperable.
“Sin duda algo que no olvidaremos serán los kilómetros 2, 12,22,34 y 41,5 donde nuestros supporters nos daban alas: ni geles ni sales, ellos, sus gritos, y esa pancarta… sin ellos este sueño hubiera sido impensable…”
“Nunca habría sido posible sin las personas que tanto desde dentro, cómo desde fuera, comparten está bendita locura.”
“Hace ya unos días que han empezado los nervios; de lo cual me alegro porque esto quiere decir que la ilusión sigue igual que en la primera Maratón y por supuesto llegar a hacer unas cuantas más… hasta que el cuerpo y mente aguanten. Y hacerlas con este pedazo de equipo guiados por sus entrenadores que siempre están ahí para aconsejar y dar ánimos. ¿Objetivo de Sevilla? … es un tópico, pero lo primero será disfrutar de la experiencia al igual que he disfrutado y muuuucho de la preparación.”
Una pancarta gigante con nombres grabados y los colores del cachirulo bañando el fondo. Banderas verdes. Pompones verdes. Fondos negros y lunares verdes. Gritos, risas, nervios y lloros. 24 kilómetros andados y mucho orgullo. Porque ellos no corrieron, pero se prepararon como atletas para la dura mañana que tenían por delante. Cuando estás dentro sufres por ti, cuando estás fuera sufres por todos. Nuestros animadores fueron los conquistadores de Sevilla a grito de “Juntos es más fácil”. Porque esa frase define a este equipo. Siempre. En los entrenos y carreras. En la vida. El resultado de convertir un deporte individual en familia.
Y los resultados, aunque pueden escocer si el día no marcha, se quedan en la retaguardia. Nuestra primera línea en las próximas batallas son los recuerdos construidos por encima del resultado.
“En realidad, tampoco me importa tanto si no lo consigo, no vivo de ello, correr simplemente es un complemento que hace que mi vida sea mucho mejor, y competir es la excusa para intentar encontrar donde están realmente mis límites. Pero mi vida no cambiará nada si termino unos minutos por encima de lo que me gustaría, seguiré viviendo de otras cosas que no son correr y seguiré siendo feliz corriendo.”
Porque en una maratón, una media, 10K, duatlón, triatlón o trail de montaña, lo más importante es disfrutar del deporte juntos. Exigirse está bien, cumplir metas y objetivos, aprender de los errores para buscar una mejor versión de ti mismo. Evolución y transformación para seguir construyendo un mejor equipo. Porque juntos es más fácil y Sevilla, gracias a corredores y animadores, se puso su mejor vestido verde.