La vida es emociones. Correr BehobiaSS una de ellas

Es inevitable. Al escuchar Behobia a todo runner le viene mil sensaciones de golpe. Sufrimiento, energía, reto, cuestas, calor, frío, dolor. Porque la Behobia duele. Y más para los que venimos de un terreno en depresión. Porque por mucha cuesta que entrenes, el País Vasco las multiplica. Multiplica porcentajes conforme avanzan los kilómetros y en cada edición las cuestas se ven más largas y empinadas. Nunca 800 metros van a ser tan largos como el kilómetro 16 de la mítica Behobia- San Sebastián. “Hostia puta, vaya cuesta” dirían algunas que se han enfrentado por primera vez a estos 20 maravillosamente duros kilómetros que separan el pequeño pueblo al lado de Irún y la capital de La Concha.

Una carrera con mucha historia, dicen. Que si los ánimos te llevan desde Errentería hasta meta, dicen. Que cuando llegas al kilómetro 17 pica para abajo, dicen. Que jamás una carrera te va a emocionar tanto como esta, dicen. Dicen muchas cosas de BehobiaSS. Tantas que incluso puedes llegar a personificar la carrera. Eres capaz casi de tocarla, de sentir el calor de los ánimos, de escuchar ese “aupa neska” tan repetido.

Y te inscribes. Porque en la vida del corredor todo empieza con una inscripción, con el dorsal virtual y la cuenta atrás en la planificación. Semana tras semana los kilómetros van sumándose al balance de tu Garmin, Polar o SUUNTO. Los PR en Strava van apareciendo y los Kudos aumentando. Porque eso de que “juntos es más fácil” se lleva a rajatabla en retos tan importantes como este. Desde las tiradas de los sábados hasta cada presencial, desde las buenas sensaciones hasta las sobrecargas, desde los geles hasta las pájaras. 10 semanas dan para muchas cuestas, muchas risas, lloros, miedos, inseguridades y fotos. Porque otra cosa no, pero las fotos con saltos post- entreno son un clásico de este equipo. Hay algunas que tienen matrícula de honor en esta parte. Y luego viene el sábado en La Concha y el máster que se han hecho en el Parque del Agua y en las Playas se hace tangible.

Las anécdotas aparecen de forma proporcional a las ganas de correr. Los ritmos se ajustan así como los nervios por alcanzar objetivo. Hasta que de repente, llega. La habías estado esperando pero llega tan de golpe que al principio ni te lo crees: “¿Yo, corriendo Behobia? ¡Pero si la temporada pasada me venía justo para correr 10km!”. La primera emoción de las incontables que sientes empieza aquí. Cuando no te veías pero de repente estás sentado en un autobús a las 7 de la mañana saliendo del siglo XXI. Ya está. Deberes hechos. Y te pones el dorsal.

¿Puedes sentirla ya? La personalidad propia de BehobiaSS hecha de miles de corazones latiendo acelerados por los nervios, ilusión, miedo y ganas. Sentimientos encontrados entremezclados con música. Y ese speaker que te advierte que hoy no es día para hacer marca. Pero es que estoy aquí para darlo todo. Y te colocas. “¿Qué color de cajón tienes?”: Salimos juntos. No abandonamos al compañero pero hacemos nuestra carrera. “Que ya me cogerás en el km 17. Que hoy te acompaño y te llevo. Que hoy no es mi día pero que no me voy a rendir. Que vaya salida se ha pegado este, ni lo hemos visto. Pero recuerda que hay que beber. ¿Y mi foto con el pirata?”

BehobiaSS son muchas historias pero a la vez solo es la tuya. 30 000 carreras distintas. 30 000 sentimientos diferentes. 30 000 motivaciones. 30 000 objetivos. Y cada uno igual de importante que el de al lado. Correr deprisa o despacio, con fotos a mitad de recorrido o sufriendo desde el km 12. Porque otra cosa no, pero esta edición hemos aprendido que en Errentería no te lleva ni Dios en brazos, ni te empujan, ni corren por ti. Y a algunos, se nos escapa el objetivo. “Pues unos lloros en meta y a la sidrería, otra vez será”. Lo hemos luchado.

“Con lo que hemos sufrido en la cuesta del puente del Tercer Milenio…”. “La cuesta de la cadena me va a parecer plana”. “Joder con los vascos…” Porque en Zaragoza se corre muy cómodo y aquí te ponen en tu sitio. Pero a ti y a todos. Porque no conoces al de al lado pero en carrera todas las miradas cruzadas son cómplices de emociones.

Emociones diferentes en cada kilómetro del recorrido, acompañadas de pensamientos. Una dulce e incansable lucha interna contra el tiempo. Curioso el tiempo… tan ajustado para unos con esos segundos o minutos que bajar para entrar en meta y tan cortos para los que han disfrutado cada uno de ellos.

Porque BehobiaSS es mucha BehobiaSS (eso dicen) pero estas semanas de preparación son lo que realmente te construye como corredor, te permiten estar en la salida y te va acompaña hasta la meta. La confianza. Confianza en ti, confianza en el plan, en los deberes hechos y los entrenos compartidos. Confianza en tus compañeros, en tus entrenadores y en todo lo que priorizas para llegar hasta donde quieres. Y llegas. Con trabajo, constancia e ilusión, todo llega. Incluso el kilómetro más largo que acabas de descubrir o rememoras cada vez que corres por la última recta de San Sebastián.

Somos tiempo y la conciencia de serlo lo que nos da la claridad necesaria para averiguar con certeza por lo que vale la pena vivir. Y el haber cruzado la línea de meta, haber unido lazos con gente que no imaginabas, compartir los abrazos y lloros en San Sebastián, cantar en el bus, reírse a carcajadas, tapar a alguien en una foto o posar como atletas; gritar desde el primer “de verde” que ves llegar con color amarillo de cajón élite, hasta el último, ese que pensaba que no llegaba pero que con su hijo de la mano puede decir que SI, que lo ha hecho. “Esos de verde que tienen pancartas y animan tanto, ¿cuántos son?” 100 personas juntas compartiendo todo.

 

 

Porque vivir en Sport&Fun es compartir EMOCIONES y correr BehobiaSS una de ellas.

¿Vamos a por el siguiente? Juntos es siempre mucho más fácil.

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